Hace exactamente 120 años se inauguraba en el centro de Barcelona un restaurante que hoy es uno de los lugares emblemáticos de la ciudad condal y uno de los templos del arte y la literatura. Hablamos de 4 GATS, que abrió sus puertas un 12 de junio de 1897 y enseguida se convirtió en un polo de atracción para los artistas más importantes del momento, Santiago Rusiñol, Ramón Casas o Pablo Picasso entre ellos.

Interior de 4 Gats.
Para que nos hagamos una idea del tiempo transcurrido, basta repasar la historia y descubrir que, el mismo año en que fue inaugurado el restaurante, Benito Pérez Galdós ingresaba en la Real Academia Española, Thomas Edison patentaba el kinetoscopio (el primer proyector de cine), y el republicano William McKinley tomaba posesión como presidente de Estados Unidos.

Ilustración de Picasso.
Recientemente, en reconocimiento a la dilatada historia del restaurante, cuna del modernismo catalán, el Ayuntamiento de Barcelona le ha entregado la Medalla de Oro al Mérito Cívico, un galardón que representa la máxima distinción que concede el consistorio barcelonés a organismos y personalidades por su contribución a la mejora de la vida social y económica de la ciudad.
Para festejar las 120 velas que acaba de soplar, el mítico local ha organizado durante el año una serie de actividades vinculadas a la pintura, la fotografía, la literatura y la gastronomía. Así, convocó el certamen literario Ploma 4 Gats y un concurso de “sketching” que tuvo lugar en otoño y en el que pudieron participar todos los artistas que lo desearon con obras alusivas al Modernismo. Las piezas ganadoras están expuestas en el interior del restaurante, ubicado exactamente en el número 3 del Carrer de Montsió (Restaurante 4 Gats).
Además, las tres primeras semanas de cada mes el comedor principal del emblemático local se convirtió en una sala de exposiciones con colecciones artísticas de pintura, dibujo o fotografía de personalidades destacadas, como Gerard Quintana, Nuria Feijoo o Marta Dalmau.
Por último, la solidaridad cobró protagonismo en 4 Gats con la Hora del Cuento Solidario, porque un domingo al mes el restaurante organizó la lectura pública de un relato que hubiera marcado la vida de su narrador, siempre un personaje popular de la vida catalana, como el doctor Eduard Estivill, la actriz Mariona Ribas o el músico Gerard Quintana, una sesión que siempre iba acompañada de un chocolate con churros. Lo recadado fue a parar a la Fundació Comtal.