A Charlie Chaplin le quieren, y mucho, en Suiza. Aquí se refugió cuando era perseguido “por comunista” por el general McCarthy en Estados Unidos. Aquí pasó los últimos 25 años de su vida. En las orillas del lago Lemán, levantó una preciosa casa, la Manoir de Ban, que hoy se puede visitar. Desde hace poco más de un año, aquí se halla el Museo Charles Chaplin y, en tan poco tiempo, más de 300.000 personas se han adentrado ya en su universo.

En Londres nació, en Estados Unidos disfrutó de la fama y el éxito, pero fue en Suiza donde fue feliz. Charles Chaplin (1889-1977) pasó en el país alpino los últimos 25 años de su vida, junto a su cuarta esposa, Oona Chaplin, hija del Premio Nobel de Literatura Eugene O’Neill, y sus ocho hijos, después de verse obligado a aterrizar en Europa cuando la sociedad estadounidense le dio la espalda.

Desde el 16 de abril de 2016 –Chaplin habría cumplido ese mismo día 127 años-, la mansión familiar donde vio crecer a sus vástagos y en la que recibía con naturalidad a ilustres visitantes, desde Marlon Brando hasta Michael Jackson, está abierta de par en par al público.

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Más de 300.000 personas han visitado en sólo un año el museo del genial cineasta.

No es una casa cualquiera la que Charles Chaplin se hizo construir en Corsier-sur-Vevey en 1952. Situada a orillas del lago Lemán y con una vista espectacular de los Alpes, la propiedad tiene nada menos que 14 hectáreas. En ella caben, además de la residencia de los Chaplin -un edificio protegido de 1840 de estilo neoclásico-, un apetecible jardín salpicado de árboles centenarios, un pequeño bosque, una piscina y un estudio donde pergeñaba sus genialidades, escribía su autobiografía o componía música. Más de 15 años y una cifra superior a los 60 millones de euros han debido superarse hasta que el museo se ha hecho realidad.

UN TRAJE DE VAGABUNDO

En poco más de un año, 300.000 visitantes han accedido a sus instalaciones a contemplar, entre otras muchas singularidades, el baúl que acompañó al cómico en muchos de sus viajes, los elegantes muebles de la decoración original de la Manoir de Ban o su memorable y cochambroso traje de vagabundo.

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Reproducción de la barbería de «El gran dictador».

Junto a la señorial casa, se ha reconstruido en un edificio de nuevo cuño un gran estudio de Hollywood donde se reproducen escenas de películas tan singulares como la cabaña de La quimera del oro (1925), la barbería de El gran dictador (1940), el restaurante de El emigrante (1917), la floristería de Luces de la ciudad (1931) y, lo más llamativo, los engranajes imposibles de Tiempos modernos (1936).

En los decorados aparecen 36 personajes de cera y, para los que tengan ganas de pasar el día entero en el museo, hay posibilidad de ver 35 películas suyas en siete pantallas multimedia. También cuenta con un teatro, cuya decoración se inspira en la película El circo (1928), en el que el visitante puede ver un documental sobre la turbulenta biografía de Chaplin (1889-1977), cargada de emotivos episodios. La ternura, las reivindicaciones sociales, la lucha contra las tiranías y las escenas de amor romántico salpican el relato de su vida.

En la casa de tres plantas donde Chaplin disfrutó de su vida familiar con Oona, 35 años más joven que él, se reproduce el ambiente doméstico y, tanto en el comedor como en la biblioteca, se muestra una selección de fotos personales, además de los libros y discos del cineasta, que llegó a ser candidato al Nobel de la Paz en 1948 y que recibió un Oscar Honorífico cinco años antes de morir.

JUNTO AL LAGO LEMÁNimage (6)

Los habitantes de Vevey, el bellísimo pueblo de 18.000 habitantes donde se halla el museo, se enorgullecen de haber tenido un vecino tan ilustre y discreto como Charles Chaplin, que amaba visitar el mercado local, los restaurantes cercanos y el circo Knie, donde acudía con frecuencia con su mujer y sus hijos. El Hotel Tiempos Modernos y una estatua en la orilla del lago Lemán le recuerdan.

“Pretendemos hacer del museo de Chaplin uno de los lugares culturales más importantes de Suiza”, afirma Yves Durand, el museólogo canadiense que impulsó el proyecto en el año 2000, junto al arquitecto suizo Philippe Meylan. Y el escenógrafo del museo, François Confino, pretende que “los visitantes sientan que si llaman al timbre será Chaplin el que les abra la puerta”.

Ya de vuelta del museo, lo mejor es darse un paseo por las orillas del lago Lemán  por las que Chaplin tanto transitó y hacerse la inevitable foto con el vagabundo que conquistó el mundo con sus harapos, su ternura y su compasión, que vivió una infancia de abandono y necesidades, que llegó al más alto escalón de la fama, que fue perseguido por querer cambiar el mundo y que murió en Suiza, un día de Navidad de 1977, rodeado del cariño de los suyos.

INFORMACIÓN PRÁCTICA

Para llegar

La compañía aérea SWISS ofrece tres vuelos diarios a Zúrich y uno a Ginebra. Desde el propio aeropuerto, se puede tomar un tren en dirección a Lausana. Cada hora sale uno, así que no hay que estar muy pendiente del horario. Desde Lausana hay sólo 25 kilómetros hasta Corsier sur Vevey, por lo que se recomienda tomar un tren o cualquiera de los barcos de pasajeros que transitan la zona y que parten del barrio portuario de Ouchy en dirección a Montreux. Si se viaja en grupo, siempre existe la opción de alquilar un coche.

Para dormir

La mejor opción es alojarse en Lausana debido a que la oferta hotelera es mucho mayor.

El Hotel Angleterre (Place du Port 1000 / +41 21 6133434) presume de haber alojado allí al mismísimo Lord Byron antes de que se instalara en la fabulosa Villa Diodati.

El Hotel Lausanne Palace (Grand Chene 7-9 / +41 21 3313131) es uno de los más elegantes del corazón histórico de Lausana. Ocupa un edificio de 1915 y ofrece buenas vistas panorámicas sobre la ciudad, el lago Lemán y los Alpes. Alberga cuatro restaurantes y exclusivas instalaciones de spa.

Para comer

El referente gastronómico de Lausana es el Restaurant de L’Hotel de Ville Crissier (Rue d’Yverdon 1, Crossier) +41 21 6340505. Es quizá el más afamado de la región.

Otra buena y más económica sugerencia es el Restaurante Anne-Sophie Pic au Beau-Rivage Palace (Place du Port, 17 /+41 21 6133339). Los platos son creativos, sabrosos y bien presentados. La mejor opción es elegir el menú degustación.

El Restaurante Tandem (Av. Mousquines, 1 / +41 21 3233204) es más apropiado para una comida informal y para los que tienen poco tiempo para comer.

Más información:

Museo de Charles Chaplin

Turismo de Suiza: 00800 1002 0030 

Turismo de la Región del Lago Lemán

Red de transportes públicos

Escrito por Pilar Ortega

Nací en Madrid un 8 de marzo y prácticamente desde entonces tengo un libro entre las manos. Me licencié en Periodismo y mi trayectoria profesional se ha desarrollado fundamentalmente en las secciones de Cultura de “El Mundo”, “La Razón” y “Ya”. Soy autora de varias guías publicadas por la editorial Anaya Touring que me llevaron a sumergirme en países tan interesantes como Ecuador, Bolivia o Costa Rica. Colaboro como “freelance" con diversas publicaciones: MUJERHOY, AIRCREWLIFESTYLE, HOLA VIAJES, SMQ, ETHERIA MAGAZINE, TOP VIAJES, LECTURAS SUMERGIDAS, ACTUAL GASTRO... También he puesto en marcha un proyecto editorial que enlaza los viajes con la literatura.

2 Comentarios

  1. […] una delicia releer “Mis andanzas por Europa” con Charles Chaplin como guía y protagonista del viaje. Corría el año 1921, tenía 32 años y ya había fundado, con […]

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  2. […] amigos, capitaneados por Lord Byron, se reunieron en Villa Diodati, una mansión situada junto al lago Lemán, en las cercanías de Ginebra, para pasar una agradable velada entre charlas, risas y juegos. Dicen […]

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