Uno de los lemas del fotógrafo navarro Patxi Uriz es no parar de explorar, de fisgonear, de sacar el mayor partido a su mirada, de descubrir… Por eso, se hizo fotógrafo y por eso viaja. “Nací con el gen de la curiosidad y por eso los viajes son una constante en mi vida. Viajo para fotografiar y aprender, y me hice fotógrafo para compartir. La cámara como dispositivo para hacer preguntas, a los demás y a uno mismo, con respuestas con o sin ellas”.
Ahora, Patxi Uriz, que ostenta un premio Goya por el documental “Hijos de la Tierra”, una historia sobre el ejercicio de la medicina natural en distintas partes del mundo, nos introduce, con su serie “Kumano, el camino nipón”, en una ruta sagrada que está hermanada con el Camino de Santiago y que está muy vinculada, por cierto, con el respeto a la naturaleza.
Las fotografías del Japón más espiritual de Patxi Uriz -ahora está grabando un nuevo documental, “Los últimos de La Mejana”, sobre los escasos hortelanos que van quedando en las huertas de su tierra- corresponden a la ruta imperial o Nakahechi, por la que transitaron hace mil años los emperadores japoneses. Y es que en la última etapa del periodo Heian se pensaba que el fin del mundo era cuestión de días y, por ese motivo, los emperadores comenzaron a peregrinar a Kumano en busca de la salvación y del renacimiento al final del camino.

Pagoda Sanjüdö. Templo de NachiTaisha. Kumano -kodo. Japon
Para conseguir sus objetivos, tenían que rendirse a la espiritualidad de tres grandes templos del Kumano Kodo: Hongü, Katayama y Nachi. Cada uno de ellos está vinculado con un elemento natural, una de las razones seguramente de que se hallen situados en lugares de exuberante belleza.
El Kumano Kodo ostenta desde 2004, por iniciativa de la Unesco, el título de Patrimonio de la Humanidad y es, junto con el Camino de Santiago, la única ruta de peregrinación con esta declaración universal, independientemente de que caminar por el antiguo Kumano Kodo es una forma muy singular de experimentar el paisaje más espiritual de Japón.