Durante siete días y sus seis noches, Sandino, el protagonista de la última novela de Carlos Zanón (Barcelona, 1966), recorre sin rumbo fijo las calles de Barcelona. Lo hace, cual Ulises urbano, siguiendo las órdenes de sus clientes, sin importarle si va al norte o al sur, como si fuera una peonza lanzada al azar. Es un personaje que huye de sí mismo y se refugia en los garitos de la noche, en las mujeres, en las historias que le cuentan, en la música, en sus recuerdos y fantasmas… “Taxi” (Editorial Salamandra), así se llama la novela, es también un homenaje a la ciudad condal, la nocturna, la menos turística. Una Barcelona igual de verdadera. O más. “”Siempre me imagino una Barcelona nocturna, líquida”, confiesa el propio Carlos Zanón, quien ha sido elegido para seguir la pista a Pepe Carvalho, el mítico personaje de Vázquez Montalbán.
PREGUNTA.- ¿Cómo es la Barcelona por donde transita Sandino?
RESPUESTA.- Es una Barcelona nocturna, seguramente porque la noche tiene algo especial en esta ciudad. Es una Barcelona sin contornos, algo líquida, en la que sobresalen los. bares . Te la vas encontrando. Te la vas inventando a medida que la vas pisoteando. Es como una pecera. Aunque tú crees que puedes irte, porque las paredes son transparentes, no te puedes escapar. Puedes estar harto de ella, pero hay algo que te impide irte.
P.- ¿En qué se parece la Barcelona de Sandino con la que nos enseñan las postales?
R.- Las dos son reales. La Barcelona de Sandino es la de los barrios, donde vive la gente, la que no es un escaparate, donde no hay que representar que eres catalán ni hospitalario ni amable, donde la gente se muestra como es. A mí me gusta sentarme en un café de barrio y ver cómo hace la gente, cómo se mueve, cómo sale a buscar el pan…. Intento retratar esa Barcelona, en la que no eres consciente de que eres ciudadano de Barcelona, sino que esa circunstancia es un accidente, como si fueras zurdo. En mi novela, la ciudad es real, pero también tiene algo de inventada.
P.- Sandino es un taxista muy atípico. ¿Por qué?
R.- Sandino se define por los discos, las canciones, las novelas, las películas que le gustan, las personas… y no quiere renunciar a ello. Es una convención que yo planteo al lector, porque a mí me gustan las películas y los libros que abren puertas a otros sitios. Yo, por ejemplo, leí “Lolita” porque salía en una canción de Police. Por eso, mi novela está llena de referencias, para invitar a husmear en otros ámbitos. Es una convencion que planteo al lector. Yo me tenía que sentir cómodo en este personaje que iba a ocupar todas las páginas de una novela larga.

Carlos Zanón vislumbra una Barcelona que no aparece en las postales.
P.- Me da la impresión de que en Sandino hay mucho de Carlos Zanón.
R.- Sí. Sus gustos son los míos. Me gusta moverme en el ámbito de la autoficción. Mi biografía se mezcla mucho con lo que invento. De hecho, los títulos de los capítulos de “Taxi” son canciones de The Clash y Sandino se llama así por el disco “Sandinista” de este grupo. Es la banda sonora de la novela.
P.- ¿Y cómo es la Barcelona de Carlos Zanón?¿Por donde le gusta perderse?
R.- Yo vivo en el Guinardó. Toda mi vida ha transcurrido en este barrio. Mis padres son también del Guinardó. Me gusta mucho el barrio de Gracia. Y la zona de las primeras callejuelas, la calle Tallers, donde de chaval iba a comprar discos de segunda mano. Me gusta El Borne…

Carlos Zanón, en el cementerio de Monjuic de Barcelona.
P.- Dígame algunos escenarios imprescindibles de la ciudad para ir en taxi.
R.- Hay una plaza que me gusta mucho, que es la plaza San Felip Neri. Está detrás de la catedral. Es mi sitio favorito de Barcelona. También me gusta mucho la plaza de la Catedral por la tarde. Y callejear por Gracia, la plaza del Reloj o la plaza del Raspeig, que es donde están los gitanos que hablan un catalán perfecto., el mejor catalán de Barcelona. Me gustan mucho las baterías antiaéreas del Carmelo. Todo el Barrio Gótico es muy especial por la noche. Y mi barrio, el Guinardó, con la plaza Catalana o al parque del Niño del Aro, que está incrustado en la montaña y tiene muchos niveles. Ahí me llevaban a jugar de chaval.
P.- El miedo al desamor está presente en toda la novela. Sandino vagabundea y flirtea con muchas mujeres, pero hay mucha ternura y mucha poesía en este personaje, a quien le da terror quedarse solo.
R.- Yo tenía claro que no quería hacer un depredador sexual. El busca encontrar algo o alguien que lo fije y se va desmoronando porque no consigue fijarse en nada ni en nadie. Ése es el motor de la novela. Es un personaje que se derrumba por su propia indefinición. Él se refugia en la confusión por acumulación. No engaña a las mujeres, porque en realidad todas saben quién es. Pero necesita acumular para tener un cierto equilibrio. En el fondo, es muy inmaduro y tiene actitudes muy infantiles.

Hijo y nieto de taxistas, Carlos Zanón «viaja» en taxi.
P.- ¿Por qué es tan fácil ponerse en la piel de Sandino?
R.- Porque es un personaje vulnerable. Conectas con él porque todos somos vulnerables. A veces, como él, no estamos donde queremos estar, sino donde podemos. Y él, al menos, tiene la fuerza de seguir intentándolo. Por eso, no resulta repelente ni genera juicios morales.
P.- ¿Cómo se le ocurrió meter un taxista en su novela?
R.- Fue un cúmulo de cosas. Primero, porque necesitaba un personaje que deambulara por toda la ciudad. Luego, tenía la impresión de que muchos libros y películas me hablaban de la Odisea de Ulises, desde “La dolce vita” hasta la novela “Corre, conejo” de John Updike, pasando por “Mad Men” o “Taxi Driver”. Esa idea me iba rondando. Además, mi padre y mis dos abuelos eran taxistas. De pequeño pensaba que su trabajo era genial, hasta que mi padre me dijo un día: “No sabes lo duro que es estar en un sitio y que te dé igual a dónde ir”. Esa idea se me quedó en la cabeza hasta que decidí hacer un Ulises taxista. Y todo fue encajando hasta desembocar en esta novela.
P.- ¿Cree que le leerán los taxistas de Barcelona?
R.- Ojalá, porque son muchos. De todos modos, Sandino es un taxista extraño y yo no quería contar el día a día de un taxista. Me encantaría que les gustara a los taxistas, porque nunca ha estado en mi cabeza dar una imagen chunga de ellos. Al revés.
Excelente entrevista. Un relato muy atractivo. El título ya está entre los que leeré en 2018.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Y si con la edad que tiene, el protagonista no ha madurado y es un infantil, ¿espera hacerlo alguna vez?
El presidente del tribunal de mi tesis doctoral siempre repetía: «Somos lo que fuimos y seremos lo que somos».
O sea, que parece que no tenemos remedio.
Yo la leí el año pasado y, a ratos, el personaje desespera por su indefinición, pero la novela es muy entretenida.
SOFIA
Me gustaMe gusta
Muy buena entrevista. Le has sabido sacar jugo al autor. Parece interesante la novela.
Pepe
Me gustaMe gusta