“La antropología de los sentimientos”. Así se titula la exposición de fotografías de Isabel Muñoz (Barcelona, 1951) en La Tabacalera. Son el testimonio de los últimos momentos creativos de esta artista que fue Premio Nacional de Fotografía en 2016. 97 imágenes y seis instalaciones audiovisuales de sus series más representativas ilustran su trabajo más actual, centrado especialmente en la representación del cuerpo humano.
Comisariada por Audrey Hoareau y François Cheval, cofundadores del proyecto The Red Eye nacido para poner en valor la fotografía en todas sus formas, la muestra establece un recorrido temático sobre la representación del cuerpo desde el comienzo de la humanidad pasando por sus fases de locura, espiritualidad, sexualidad y deseo.
Niños y primates
Fotógrafa de renombre mundial, a Isabel Muñoz le fascina utiliza la técnica de la platinotipia y los formatos extragrandes para reforzar el impacto de sus imágenes, basadas muchas de ellas en el cuerpo como medio para explorar al ser humano. Las series “Tango” y “Flamenco” (1989) son las primeras en las que plasmó su búsqueda en grupos y culturas de todo el planeta para capturar sentimientos y emociones, lo mismo le daba si su cámara enfocaba a bailarines, luchadores, monjes guerreros, toreros, presos, tribus, niños o primates.

Serie «Nueve dioses», de Isabel Muñoz.
Isabel Muñoz se enroló en un barco para navegar por la costa de Mataró, se mezcló en Japón con los bailarines de butó y aspiró los efluvios químicos de un laboratorio. Y poco a poco su fama se fue extendiendo por el mundo después de su primera exposición individual, “Toques”, en 1986, y de su participación en el Mois de la Photographie de París en 1990. Aquél fue el punto de partida de una carrera que ya acumula varios centenares de exposiciones en las principales ciudades de Europa, América y Asia.
Compromiso social
El compromiso social preside también el trabajo de esta mujer que lo mismo clama por la contaminación en los mares que utiliza sus imágenes como alegato feminista. Las fotografías de Isabel Muñoz, casi siempre en blanco y negro, forman parte de numerosas colecciones permanentes y su producción ha sido reconocida con innumerables galardones, entre ellos dos premios World Press Photo (en 2000 y 2004), la Medalla al Mérito de las Bellas Artes (2009) o el Bartolomé Ros Prize de PhotoEspaña (2009).

Serie «Locura», de Isabel Muñoz.
Audrey Hoareau afirma que la obra de Isabel Muñoz, “alimentada por una fuerza instintiva, está hecha a imagen de su autora, es compleja y escurridiza. Crea lo que se podría llamar, a falta de otra palabra mejor, imágenes”. Y François Cheval asegura que “si la estética de las imágenes de Isabel Muñoz se impone frente a nosotros, no es para complacer el narcisismo de la especie, sino para ofrecer la comprensión íntima de un secreto compartido”.
“Y ahí donde la moralidad sólo ve heridas, cicatrices, rituales sociales y transgresiones, Isabel Muñoz nos conduce a los confines de lo místico”, insiste François Cheval, quien percibe que cada imagen contiene una carga religiosa. “Se transmite una comunicación espiritual y nos lleva finalmente, estupefactos, a unos límites más allá de lo real”.